La sostenibilidad en la industria de una de las bebidas alcohólicas más populares del mundo cada vez resulta un camino más atrayente para las empresas productores.
Tequila con sabor a vida
Es muy difícil que exista un americano que no haya probado el tequila. Esta bebida alcohólica producida a través de la fermentación y destilación del fruto del agave azul es una de las más famosas de México y elemento bandera en la producción y exportación de ese país.
No por nada, el tequila está entre las 5 bebidas alcohólicas más consumidas a nivel mundial y cuenta con una cuota de mercado que está cerca a los 1400 millones de dólares, que proyecta incrementarse un 44% al 2025. Por ello, existen miles de productores que quieren ser parte de este boom tequilero que les permita tener ingresos estables y un potencial de mercado increíble.

Sin embargo, uno de los principales problemas en la producción del tequila, es que en el proceso de cosecha, elaboración y añejado hay mucho desperdicio de recursos.
Por ejemplo, diversos estudios señalan que para la producción de un litro de tequila se necesitan entre 5 a 15 kilos de pulpa de agave y cada “piña” lleva entre 12 a 45 kilos. Además, la generación de vinazas o la merma en la evaporación dentro de las barricas es un factor que debe considerarse para establecer estrategias de sostenibilidad. ¿Qué se puede hacer?
Sostenibilidad hasta la última gota
Aldez Tequila es una empresa de origen mexicano que distribuye un “tequila premium, orgánico, libre de pesticidas y artesanal” en el mercado norteamericano, donde va el 80% de la exportación tequilera de México. Jennifer Aczualdez junto con su esposo Manuel Aczualdez fundaron esta empresa para poder compartir su pasión por esta bebida.
Además, establecieron un modelo de producción que señalan, respeta las tradiciones y sobre todo al medio ambiente. Esto fue reconocido por la revista Forbes , quienes mencionaron a la CEO Jennifer Aczualdez por ser una de las 50 latinas líderes en sostenibilidad en el sector alimenticio.
Para que el agave pueda madurar se necesitan entre 5 a 14 años, dependiendo de la altitud para que empiece a florear y luego producir las “piñas” que se utilizan para el tequila. El ciclo productivo del agave orgánico de la finca donde Tequila Aldez obtiene su materia prima establece periodos de descanso de tres años, donde la producción se destina al maíz con el fin de recuperar la composición del terreno para empezar nuevamente con el agave.
“Si no lo haces, la planta no suministra la suficiente cantidad de azúcares que se necesita en el proceso de producción del alcohol” señala Manuel Aczualdez. Además, los restos orgánicos en la producción del tequila se reutilizan en compost para la tierra.

Aczualdez es enfático en indicar que no utilizan aditivos en la fermentación y destilación del tequila, sino realizan procesos más naturales y eficientes. Este proceso también lo realizan otras marcas de tequila orgánico, pero el valor diferencial se encuentra en el terminado del mismo, que según comenta este empresario, le hace tener un sabor inconfundible.
Además, un factor que afecta a los tequileros se da en el proceso de añejado. El cambio climático ha aumentado la temperatura de la tierra, y según Aczualdez, esto hace mella en la producción de muchas tequileras, pues se evapora el contenido con más facilidad de las barricas. Esto representa un reto para los pequeños productores que no cuentan con la maquinaria para mitigar este efecto.
El cofundador de Aldez comenta que ellos no utilizan tecnologías de regado o control de temperaturas en su producción, pues esto también alteraría la calidad del tequila y le quitaría el “espíritu” de tradicionalidad.
Pero el líquido no es el único punto donde Tequilas Aldez implementa la sostenibilidad. La botella está hecha de vidrio 100% reciclado, lo que le da un tono ligeramente dorado. Utilizan corcho comprimido y purificado, cuyo origen proviene de los excedentes de la industria vinícola española.
También la etiqueta cuenta con material degradable y es de fácil retirado. “Queremos ser entre los primeros que como compañía tomamos el riesgo de hacer algo que es bueno para la sociedad y el medio ambiente” comenta Aczualdez
Tequila orgánico a la mesa
A pesar del 2020 ser un año de pandemia donde las reuniones sociales y los bares no estuvieron disponibles, la “fiesta” se trasladó a las casas, pues el mercado del tequila creció un 24.3%. El Consejo Regulador del Tequila (CRT) publicó que el 2020 las exportaciones solo a Estados Unidos llegaron a los 254.2 millones de litros, más que en el 2019, donde se exportó 204.3 millones de litros.
El incremento también ha beneficiado a los productores de tequila sostenible, pues este “despertar de conciencia ambiental” como señalan muchos expertos, ha incrementado la demanda del tequila. Aldez Tequila fue también parte de este boom y es que en los últimos tres años aumentó su producción un 400%, llegando a las 5 000 cajas de tequila orgánico al año.
La CRT es muy enfática en señalar un camino para la producción sostenible de tequila. Esto implica un cambio hacia el uso de energías renovables y la reutilización de los residuales en la generación de tequila. De esta forma se disminuye el impacto hídrico, ambiental y energético para maximizar la eficiencia productiva.

Por ello, además de buscar una certificación orgánica, las instituciones responsables de la producción han impulsado la certificación de Agave Responsable Ambiental (ARA). Así buscan que el plan de manejo en la elaboración del tequila evite la deforestación y reduzca su impacto ambiental.
Para las empresas de Tequila, el reto es conseguir una planta destiladora que cuente con certificación orgánica, y que les provea esta materia prima con precios competitivos. Con la compra de esta producción, las marcas pueden realizar su valor agregado en los distintos procesos de destilado y añejado.
Desde Aldez Tequila comentan que fue un reto poder establecer un modelo económico que les permita competir con el tequila de distribución masiva, sin incrementar exponencialmente el precio por botella. Aun así, consiguieron establecer un balance que les permite mantener el coste promedio del sector premium.
Un vaso a punto de llenarse
Aczualdez es consciente que la producción actual no puede competir con los grandes distribuidores de Tequila con presencia mundial. Sin embargo, ha sido testigo de cómo sus estrategias de respeto por los procesos tradicionales y el enfoque sostenible han logrado incrementar los ingresos de la empresa que gestiona.
Además, ya cuenta con una cadena de distribución que le permitirá estar dentro del mercado español y dominicano. Planea llegar también a más países de Sudamérica, siempre que se logre gestionar un modelo económico que permita su exportación, sin incrementar en exceso el coste ocasionado por los impuestos al alcohol propios de cada país.

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Manuel Aczualdez, Cofundador – Aldez Tequila