Las posibilidades para la gestión de residuos eléctricos y electrónicos (e-waste) se amplían con el panorama político y el compromiso del sector empresarial, en uno de los países que más residuos de este tipo produce.
¿Qué sucede con la basura electrónica en Chile?
Chile es uno de los países que más residuos electrónicos y eléctricos genera en Latinoamérica. Cada habitante al año produce un aproximado de 9.6 kilos, del cual solo son tratados un 3.4%. Es decir, solo 320 gramos se recuperan por persona, un poco más de lo que pesa un celular.
Conforme se incremente el acceso de aparatos electrónicos baratos, y por consecuencia la obsolescencia temprana, las estadísticas señalan que la cantidad de e-waste por persona aumentará en 47% hacia el 2027. En consecuencia, cada chileno generará 14 kilos al año de basura electrónica. ¿Qué se puede hacer?

Se denomina basura electrónica, e-waste o RAEE (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos) a los aparatos cuyo ciclo de vida ha finalizado y son por tanto chatarra. Su gran valor reside en que tienen componentes metálicos que con un correcto desensamblaje pueden ser refundidos y reaprovechados en su gran mayoría. Sin embargo, la gran mayoría de RAEE termina en rellenos sanitarios, o con una incorrecta disposición en basurales.
El gran problema es que se quedarán allí por mucho tiempo. Solo los materiales plásticos empezarían a descomponerse en más de 100 años. Y si a ello le sumamos los componentes metálicos, podemos decir que quedarán allí, sepultados entre la nada, muy probablemente hasta que nuestro mundo se acabe.
Muchos RAEE llevan en su composición metales pesados como mercurio, cadmio, cromo, plomo o arsénico. Según señala National Geographic estas son unos de los principales causantes de contaminación de la tierra, del aire o del agua. Por ello surgen empresas que intentan abarcar la mayor cantidad de RAEE posible para mitigar este daño y lograr conseguir rentabilidad separando los residuos y vendiendo el material metálico a fundidoras que puedan reaprovecharlos en otros productos.
Recycla-ndo
Recycla es un emprendimiento social chileno que reaprovecha residuos eléctricos y electrónicos en Chile. Operan bajo un modelo empresa a empresa (B2B) con logística inversa en compañías de gran presencia en el mercado chileno y que contienen una alta cuota de residuos electrónicos. Logran recaudar alrededor de 3 500 t al año con empresas como Walmart, Entel o IBM.
Su CEO Fernando Nilo, es un empresario e impulsor del reciclaje desde hace muchos años. Conocedor de la problemática, señala que uno de los primeros pasos para abarcar una mayor cuota de RAEE implica prestar atención al sector comunicaciones, industria y minería. Según comenta, estos sectores podrían tener un gran potencial de reaprovechamiento de RAEE si se elaboran las estrategias de acopio adecuadas.
El gran reto es concientizar al sector empresarial y a la población sobre a dónde llevar sus residuos y también en qué momento desecharlos. Y es que se señala que en muchas partes de Latinoamérica y el mundo existen dos principales causas generadoras de RAEE en el sector urbano.
La primera es la brecha económica de acceso a electrónicos de alto coste. Esto hace que la población vea aún como un objeto de valor a una lavadora cuyo motor quedó obsoleto, o a un celular cuya placa madre se fundió. Al no haber en muchos casos repuestos disponibles o presupuesto para refacción, estos quedan almacenados, esperando que exista la posibilidad de ser útiles de nuevo.
La otra razón es que existe una gran oferta de electrónicos a precios muy baratos. La mayoría de estos no cuentan con la fiabilidad necesaria para tener una larga duración. Por ello, al ser “descartables” son fácilmente reemplazados, desechando el artefacto obsoleto a la basura.
Nilo contempla que, para el caso de los productos de alto valor, las empresas que los importan, ensamblan o distribuyen deben compartir responsabilidad y facilitar puntos de acopio para estos residuos. “La educación de la población es sumamente importante y la industria debe formarse en un concepto de economía circular” indica el CEO de Recycla. Por ello, Fernando Nilo también es parte de la Fundación Recyclápolis, que incentiva la educación medioambiental. Sin embargo, ¿cómo se puede llegar a los demás RAEE que no están dentro de la cadena de valor de las grandes empresas?
Una ley basada en la circularidad
La ley REP de Chile(de responsabilidad extendida del productor) propone que los fabricantes o importadores de ‘productos prioritarios’ deberán hacerse cargo de todo el ciclo de vida de sus productos. Por ello, deberían garantizar la logística y costes del manejo de los residuos. Esto incluye a las baterías, envases, plásticos, neumáticos, aceites lubricantes, periódicos y aparatos eléctricos y electrónicos.
Sin embargo, para muchos expertos como Nilo, la ley puede focalizar mejor sus planteamientos para el sector urbano. “Hay que complementar la ley con tasas de reciclaje en las importaciones; o retiro segregado. Por ejemplo, un día (los vehículos de la basura) recogen plásticos, otro día electrónicos, otro día cartones. En algunos distritos chilenos hay un presupuesto para el recojo de basura que se incluye en el costo de la adquisición de las viviendas. El retiro segregado debe venir con este pago de bienes raíces” señala.
Pero, ¿qué sucedería luego con los RAEE? Luego de ser acopiados, son clasificados, desensamblados y posteriormente algunas partes son vendidas a distintos países de Europa y Asia, quienes lo funden para poder reutilizarlos.
Nilo apunta que no existen muchas alternativas dentro del mercado latinoamericano para poder reaprovechar de mejor manera estos residuos. Y es que según señala, la mayoría de países no tiene la densidad demográfica necesaria para que las grandes empresas de revalorización o de construcción de celulares, autos o electrodomésticos vean atractivo invertir en la construcción de sus plantas dentro del continente.
En consecuencia, el potencial de mercado se encontraría en incentivar de mejor manera el acopio de estos residuos. Así, la idónea recolección y desensamblaje podrían conseguir una cantidad de material para venta o reaprovechamiento que incrementaría los números hasta en un 300%, según indica este empresario chileno.
“Si yo fuera ministro estaría aprobando créditos blandos para los negocios verdes, incentivando con beneficios tributarios o de distinta índole para que la industria despegue” enfatiza Nilo.
Por ello, Fernando Nilo sabe que una ley no es suficiente para cambiar todo el panorama. Él señala que debe existir un compromiso más fuerte con los actores involucrados, y es optimista con las medidas ambientales que la nueva constitución chilena podría brindar.
“Tiene que estar el concepto de justicia ambiental, cambio climático y una mirada de desarrollo distinta. Esto va a un tema transgeneracional en la sostenibilidad, para legar el país en mejores condiciones para futuras generaciones. Si nuestra constitución logra poner este principio transgeneracional a la mirada del medio ambiente, se va a obligar a un desarrollo sostenible mucho más profundo que un par de puntos en los impuestos” finaliza.
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Fernando Nilo, CEO – RECYCLA
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