El poliestireno expandido puede tener una segunda vida con Idea-Tec, una empresa chilena que lo reutiliza para hacer pinturas.
Plumavit, espumaflex, Tecnopor, icopor o poliestireno expandido está en todas partes
Los nombres son muchos según el lugar de Latinoamérica. Pero lo cierto es que este material ha ganado mucha popularidad dentro de diversas industrias por sus propiedades de resistencia, temperatura y bajo costo.
El poliestireno expandido es un tipo de plástico de tamaño minúsculo que, como su nombre lo indica, se expande con aire para formar el material que conocemos. Su bajo peso y precio permite que sea usado masivamente en industrias de embalaje, construcción, o hasta alimentos. Y muchos de ellos acaban en rellenos sanitarios o en el mar, siendo la dieta accidental de miles de peces.

Este tiene la capacidad de ser 100% reciclable. El gran problema es que la maquinaria para realizarlo a nivel industrial solo se encuentra en países con gran industria manufacturera como China. Y exportar el material para su reaprovechamiento a estos países no sale rentable. Pues su bajo peso, y gran tamaño, desmotiva a los sistemas de reciclaje, quienes ven en otros residuos un mayor valor.

La re-evolución de la pintura: hacer pinturas con plástico
Cristina Acuña y Constanza Cifuentes, químicas de profesión, lograron una alternativa ecoamigable y revolucionaria para este sector desatendido.
Después de pasar por alternativas como barniz o pegamento, Cristina y Constanza encontraron que la pintura era realmente el rubro donde su fórmula podría encontrar un espacio.
Hoy alcanzaron en estas fórmulas de pinturas el máximo posible de plumavit reciclado que puede contener un producto completamente funcional. Y van desde el 14% en pinturas al agua hasta el 30% en sellantes para pisos.
El factor más importante fue el desarrollo tecnológico que llevó a encontrar la fórmula precisa. Y así lograr una pintura funcional que cuenta con las mismas características y precio que una pintura tradicional, pero con un mucho menor impacto ambiental.
El poliestireno expandido reemplaza a algunas resinas necesarias para conformar la pintura. Este pasa por un proceso de triturado y luego mezclado. Allí se convierte en una sustancia viscosa que se mezcla con el resto de componentes y se obtiene Evol, una pintura a base de agua.
“En dos días podemos hacer una tonelada de pintura y depende de cuál sea, utilizamos 200 kg de plumavit”, señala Cristina Acuña, CEO y cofundadora de Idea-Tec.
Alianzas y comunicación para conscientizar al consumidor
Para el acopio de plumavit, Idea-Tec recibe este material de puntos limpios que los municipios cercanos han instalado en alianza con la empresa. También lo reciben de empresas que les entregan el plumavit que utilizan en sus embalajes para que Idea-Tec lo gestione.

Pero este material no puede provenir de cualquier fuente. Quedan descartados los envases para alimentos, pues al haber entrado en contacto con grasas u otras sustancias, pervierten la fórmula. Además, tampoco se puede utilizar plumavit de colores, que conlleva al mismo resultado. Por ello, el plumavit que más reciben proviene de envases, embalajes y construcción.
En la actualidad han logrado industrializar sus procesos. En parte gracias a la creación de maquinaria especializada financiada con las ganancias obtenidas. Y además, con fondos estatales que la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) les otorgó.
Sin embargo, la Qca. Acuña confiesa que todavía falta mucha concientización a las industrias para que este material ya no se genere como residuo en las proporciones que hoy existen.
“Queremos que la sustentabilidad se haga costumbre. Que no solo llegue a las personas que están interesadas en el tema. Sino también a las personas que sin darse cuenta están siendo sustentables porque el producto es bueno. Eso para mí es genial, porque sino nos cerramos en el mundo de solo la gente que quiere ser sustentable” sentencia.
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Cristina Acuña, CEO y Cofundadora – Idea Tec