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Perú: El secreto de la agricultura responsable y circular

Autor: Jhorman Zavala

¿Cómo reaprovechar los residuos en una oportunidad de negocio? Diversas empresas y organizaciones se suman a las políticas públicas de Perú, donde se busca incentivar un modelo sostenible de gestión para la agricultura peruana.

Economía circular agrícola

La circularidad en la agricultura es una prioridad.  Perú produce el 70% de alimentos que consumen los 32 millones de peruanos, y por años se ha establecido un modelo de producción que ha causado en muchas partes el desgaste de la calidad de los suelos y la alteración de los ecosistemas donde se desarrolla la agricultura.

La Hoja de Ruta hacia la Economía Circular en el Sector Agrario, propuesta por las instituciones públicas peruanas, busca incentivar un modelo de producción sostenible en este sector tan importante para el país. Y es que diversos expertos señalan que, de continuar con las mismas prácticas, el boom agrario será muy pronto un recuerdo.

Este modelo sostenible necesita considerar a todos los actores en el sistema productivo agrícola, tanto productores, distribuidores y consumidores. Por ello se debe considerar con más énfasis a las unidades familiares, una agricultura a pequeña escala que representa el 97% de terrenos destinados a la labor agropecuaria y cuyos productos terminan en los mercados populares.  ¿Cómo incentivar modelos de circularidad en este sector y generar negocio?

Campo limpio: El plástico también puede ser verde

Campo Limpio Perú es una asociación de 28 empresas de agroquímicos dedicados a la gestión integral de los envases vacíos de agroquímicos. Desde 2006 han implementado un sistema de recepción que ha logrado captar más de 2086 toneladas de estos envases vacíos hasta el 2020 en 14 regiones de Perú para su reciclaje. Pero ¿cuál es el problema con estos residuos?


Recuperación de envases de agroquímicos incorrectamente desechados.
Instagram Campo Limpio Perú

La FAO señala que un envase que no ha pasado por un correcto enjuague puede tener hasta 14.2 gramos de líquido remanente. Además, su inadecuada disposición final es un gran foco tóxico no solo para el ecosistema donde se deshecha, sino también para el agricultor y su familia que deciden reutilizar este envase de pesticidas y fertilizantes para fines domésticos.

El Decreto Supremo 001-2015  del Ministerio de Agricultura establece que los envases vacíos de agroquímicos no deben desecharse al campo, enterrarse, quemarse o arrojarse a los regadíos. Se debe seguir un proceso de triple lavado para acabar con cualquier residuo tóxico. Luego se debe perforar el envase, de manera que se evite su reutilización doméstica, adulteración o falsificación de su contenido, y posteriormente debe ser llevado a los puntos de acopio autorizados.

De esta forma se logra aprovechar todo el contenido del envase, evitar daños en los ecosistemas y darle una segunda vida al plástico contenedor con subproductos derivados. Sin embargo, dada la falta de fiscalización y de comunicación de la norma, los envases agroquímicos terminan quemados, desperdigados en los campos, riachuelos o en almacenes de recicladores informales que compran estos envases a los agricultores.

Mario Ojeda, Gerente General de Campo Limpio Perú, apunta que lo fundamental para llegar a los agricultores es la sensibilización a través de charlas sobre la importancia en la salud del correcto reciclaje de estos residuos. Algunas certificaciones para la exportación agrícola también valoran las buenas prácticas en la gestión de los residuos internos, por lo que Ojeda indica que este es un detalle clave, que comunican a muchos agricultores interesados.

Punto de acopio de Campo Limpio Perú. Se premia a los agricultores que hayan dispuesto correctamente sus envases. Instagram Campo Limpio

Campo Limpio cuenta con puntos de acopio en 14 regiones del país, con 6 coordinadores a nivel nacional quienes se encargan de brindar la información adecuada para la gestión local de estos residuos, en sincronía con municipalidades y empresas de distribución de agroquímicos. “Buscamos que este residuo se valorice y pueda ser transformado para ingresar en una economía circular” señala Ojeda.

Romina Oliva, Coordinadora de Operaciones comenta que en 2020 lograron procesar más de 144 toneladas en sus 2 plantas de valorización, donde se encargan de la recepción, segregación y procesamiento, para su reciclaje en chips de plástico, que son comprados como materia prima por empresas autorizadas por el Ministerio del Ambiente del Perú, quienes se encargan de su revalorización final.

Este plástico, al haber envasado sustancias tóxicas, no puede ser reciclado para productos que estén en contacto con animales, agua o seres humanos, por lo que su destino final es muy variado, desde tuberías corrugadas para instalaciones eléctricas a madera plástica que sirve como poste y tutor para árboles. También se puede convertir en parihuelas y jabas.

“Tenemos mucha fe en la madera plástica, pues reemplaza el uso de madera de árboles talados, y además es resistente a las plagas, humedad y al entorno en que se mantengan” señala Mario Ojeda.

Esta organización ha logrado establecer un modelo de gestión eficiente para estos residuos, pero reconocen que el potencial de crecimiento es enorme si se superan las barreras de comunicación y logística necesarias para llegar a todos los agricultores.  “Si todos los actores que indica la norma cumplieran su misión, todo este trabajo sería más rápido y daría mejores resultados” indica OIiva.

Recuperación de envases de agroquímicos incorrectamente desechados. Instagram Campo Limpio Perú

Oliva apunta que es un reto constante también encontrar empresas que revaloricen estos chips de plástico, porque a diferencia de otros países, todavía no se acopia una cantidad de residuos atractiva para que ingresen compañías que trabajan con otro tipo de reaprovechamiento.  

Desde Campo Limpio confían que pronto más agricultores y empresas se sumen, y se pueda adquirir consciencia de lo perjudicial que resulta dejar este residuo en la naturaleza. Esperan finalizar el año con 25 mil agricultores capacitados, y más municipalidades y empresas que entiendan el valor de la responsabilidad compartida en la gestión de estos residuos.

“El objetivo es lograr una masa crítica que pueda lograr que el plástico que entregamos nosotros genere un negocio para la empresa que tome el siguiente escalón” finaliza Ojeda.

Lima Compost: Un modelo circular de reaprovechamiento de residuos

Lima Compost es una empresa dedicada a la generación de compost a través de residuos orgánicos que recogen de zonas urbanas. El compost es un abono orgánico que se genera a partir de la correcta descomposición de los desechos orgánicos en un ambiente controlado.

Esto tiene excelentes resultados para la agricultura, pues permite reaprovechar desechos como frutas, vegetales, carnes, huesos, fecas de animales o bolsas compostables en un fertilizante natural y muy efectivo.

Trabajador de Lima Compost sobre una pila de residuos orgánicos. Instagram Lima Compost

La empresa empezó sus operaciones en 2015 y establece un modelo de negocio basado en la suscripción de los usuarios, quienes pagan entre 25 a 67 soles al mes (6-17 USD) para que cada semana un vehículo recoja sus residuos acumulados en un balde de 20 litros que Lima Compost les provee.

El compostaje se realiza en los terrenos de Lima Compost en las afueras de Lima y se les devuelve a los usuarios, quienes lo usan en sus propios sembríos y huertas. De esta forma se logra evitar que 14 toneladas de residuos orgánicos al mes terminen en rellenos sanitarios, como señala Liz Valverde, especialista en compostaje doméstico y semi industrial de Lima Compost.

Cosecha de un rábano orgánico en los huertos de Lima Compost. Instagram Lima Compost

Esta empresa, señalada por el MIDAGRI como modelo de economía circular en la agricultura, es una prueba que la correcta gestión de residuos orgánicos puede ser un negocio. Así se incentiva también a que pequeñas unidades agropecuarias puedan contratar los servicios de empresas como esta o implementar, con asesoría, una pequeña planta de compostaje.

Además, el compost evita que la mala descomposición de estos residuos genere lixiviados que contaminan el suelo y gases de efecto invernadero que impactan en la atmósfera.  Lima Compost ha hecho un intensivo trabajo en redes para mostrar su trabajo. También realizan talleres explicativos de cómo hacer compost y activaciones en distintos municipios para incentivar a la gente a reaprovechar sus residuos orgánicos. Hoy reaprovechan los residuos de más de 500 familias en la capital de Perú.

Con el compost que generan, esta empresa ha logrado implementar un gran huerto dentro de su planta de compostaje. Allí convirtieron el arcilloso suelo del lugar en un terreno fértil para el crecimiento de diversas hortalizas, frutas y verduras. Lima Compost ofrece también la venta de estas frutas con crecimiento orgánico, que se nutre con los residuos recolectados y que no utiliza pesticidas.

Liz Valverde comenta que esperan que a futuro existan más convenios con municipios o entidades privadas que les permitan tener un mayor volumen de acopio. Además  confían concientizar a las empresas y personas sobre que  un correcto manejo de residuos orgánicos no solo es beneficioso al medio ambiente, sino también al consumidor final, que obtiene un producto nutritivo que no depende de químicos para su crecimiento.

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