La producción de alimentos sostenibles para la crianza de animales se ha convertido en un reto constante en la industria agropecuaria y acuícola. Por ello, alternativas como la harina a base de moscas se presenta como una opción vanguardista para alimentar esta industria.
Moscas para el futuro
¿Qué comen lo que comes? Alimentar al ganado o peces con harinas y granos tradicionales ya no es una opción amigable con el planeta. Y es que el desperdicio de alimentos y la cantidad de recursos energéticos o agrícolas necesarios para la alimentación del ganado son un reto constante en sostenibilidad, que necesita de soluciones urgentes.

Conscientes de estos problemas, la empresa chilena Food for the Future industrializó la producción de harina hecha con larvas de mosca soldado negra. Esta alternativa se presenta como una opción más ecoeficiente a comparación de los granos, la harina de soja o de pescado. Pues la producción de alimento para dar de comer a los animales está relacionada a distintos problemas medioambientales.
“La larva de la mosca soldado negra es por lejos el organismo más eficiente para convertir residuos orgánicos en alimentos. Un kilo de estas moscas transforma 20 toneladas de residuos orgánicos en 3 toneladas de larvas ricas en proteínas y grasas, muy adecuadas para la nutrición animal”, señala Felipe Mayol, Director Comercial de Food for the Future (F4F).
A diferencia de criar grillos o tenebrios, la larva de mosca no es tan selectiva con sus alimentos. Además, su ciclo reproductivo es notablemente más corto que estas alternativas, cerrando un ciclo de eficiencia que, por el momento, solo está destinado para productos de consumo animal.
En una planta ubicada en la región Maule han establecido un modelo de crianza eficiente para las larvas de moscas soldado, cuyo proceso completo toma un mes. La cepa de mosca en un ambiente controlado desarrolla su crecimiento hasta el periodo larvario en 15 a 18 días. Luego se seleccionan genéticamente los mejores especímenes para que sigan el proceso reproductivo y el resto pasa a la producción de la harina, donde son secados y triturados.

A pesar de no ser tan exquisitas con su alimentación, para alcanzar su máximo potencial las moscas tienen una dieta balanceada. Sus alimentos provienen de excedentes que reciben por convenios con algunas empresas de la industria alimentaria, como supermercados, cerveceras, o plantas procesadoras de alimentos. Con ello se garantiza una nutrición sana que permita que crezcan más en el menor tiempo posible.
“Siempre tratamos que sean residuos que provengan de industrias destinadas al consumo humano para garantizar la inocuidad. Buscamos que las personas vean al insecto como su amigo, porque recupera los residuos orgánicos que son para nosotros materia prima”, enfatiza Mayol.
Además de la harina, F4F también comercializa larvas secas para consumo directo en aves, o aceite de larvas para la industria cosmética. Mayol también apunta que el sustrato residual de la crianza de estas larvas, es vendido como biofertilizante para la industria agrícola.
¿Qué comen lo que comes?
Esta empresa encontró el mayor potencial en reemplazar a la harina de pescado, ingrediente fundamental para la alimentación acuícola. Sobre todo, pensando en el salmón, pues la crianza de este pez genera una considerable huella de carbono. Y teniendo en cuenta que Chile es el segundo productor mundial de este pez después de Noruega, la oportunidad estaba lista en esta industria.
“El 70% de la huella de carbono de la crianza del salmón se genera en la fabricación de su alimento” señala Mayol.

Así lograron posicionarse en una industria que apunta sus esfuerzos a un sistema productivo sostenible. Y es que, las certificaciones relacionadas a la sostenibilidad son cada vez más requeridas para alcanzar un mercado premium, consciente del impacto ambiental que conlleva cada trozo de pescado.
Además, este empresario chileno señala que no existe ningún animal que no pueda comer esta harina de mosca soldado. Por ello, el potencial de crecimiento es exponencial a toda la industria ganadera y acuícola, solo limitados a su actual capacidad de producción.
No obstante, han logrado incluso comercializar huevos orgánicos de gallina que cuentan con el sello “Insect Feed”. Esta certificación propia garantiza que la nutrición no se hizo con feedlot, sino con una dieta a base de la harina de mosca soldado.
Una solución ecoeficiente
Mayol cuenta que en los 10 años de operaciones de F4F han recibido inversiones de fondos públicos, privados y levantamiento de capital. Así lograron la producción necesaria para que su oferta esté en el margen competitivo con las opciones tradicionales.

El precio de los procesados de harina de mosca es ligeramente superior a la alternativa tradicional. Sin embargo, esto no les ha impedido posicionarse como una opción de alimentación sostenible que cada vez es más valorada por los productores agropecuarios y acuícolas. Pues estos ven el plus de sumar un producto ecoeficiente a su cadena productiva, y disminuir su impacto ambiental, para aspirar a distintas certificaciones.

“Hemos cuantificado que por cada tonelada de harina de mosca que producimos nosotros, se dejan de emitir 18,2 t de CO2 eq que se producirían por la alimentación tradicional”, apunta Mayol.
Hoy cuentan con una producción de 5 toneladas de harina al mes. Aspiran en un futuro próximo explotar todo el potencial de sus plantas, y producir 30 toneladas al mes.
Además, su estrategia abarca en un futuro establecer plantas satélite de engorde de larvas en empresas de la industria alimentaria que busquen gestionar de forma más eficiente sus residuos. Estas empresas podrían optar por esta alternativa para reducir los costes de la correcta disposición de residuos orgánicos. La producción de larvas de mosca sería comprada por F4F, incentivando un sistema de economía circular.
“La modificación de la ley REP (Responsabilidad Extendida del Productor) exige una trazabilidad en los residuos y ver en qué se convierten. Vas a poder tener una huella de carbono positiva al disponer tus residuos orgánicos colaborando con F4F. Todas las normativas van a apuntar a tratamientos como el nuestro” finaliza el empresario chileno.

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Felipe Mayol, Director Comercial – F4F