A pesar de ser uno de los primeros países en reglamentar el reciclaje de residuos eléctricos y electrónicos (RAEE) en Latinoamérica, Perú todavía presenta muchos retos para tener un recojo de RAEE que vaya acorde con su mercado.
En 2012 el Perú fue uno de los primeros países en toda Latinoamérica que implementó un Reglamento Nacional para la Gestión de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) para normar las responsabilidades posconsumo del sector. A pesar de ponerse en la vanguardia, 10 años han pasado y el mercado de reciclaje de RAEE todavía no despega.
Recuperando residuos electrónicos
Fernando Saltachin, Gerente de RLG Perú, una empresa que se encarga de la logística inversa para la gestión de residuos eléctricos, señala que una de las más grandes dificultades para abarcar una mayor cuota de reciclaje es poner en agenda la recuperación de los RAEE en la mente empresarial. “Muchas empresas no gestionan sus residuos por falta de presupuesto o porque no hay una sanción que les obligue hacerlo” cuenta.

Saltachin comenta que son las empresas con presencia internacional quienes más contratan los servicios de RLG, pues se rigen por políticas de la casa matriz, que priorizan la responsabilidad medioambiental. Por su parte, algunas empresas peruanas no tienen la capacidad porque no cuentan con personal dedicado al sector medioambiental, y por ende desconocen la norma, incluso casi 10 años después de su publicación. El gerente de RLG Perú comenta que de 4000 empresas que el Ministerio ha tenido identificadas que deben cumplir la normativa, solo el 2% lo cumple.
El gran reto es poder implementar una ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) que obligue a las empresas a hacerse responsable de sus residuos. El problema es que en muchas industrias a nivel latinoamericano, la recuperación de residuos posconsumo difícilmente supera al 10% por temas logísticos, por lo que se necesita una compenetración entre el sector público y privado para llegar al usuario final, uno de los eslabones más grandes para la gestión de residuos en Perú.
¿Cómo llegar al “peruano de a pie”?
Carlos Gómez-Sánchez, Analista de relaciones Institucionales de RLG Perú señala que la Municipalidad de Lima es un ejemplo de la simbiosis entre el sector público y privado para la recolección de RAEE urbanos. “Hemos recolectado más de 70 toneladas en los últimos dos años en campañas móviles de reciclaje, puntos de acopio, en centros comerciales y empresas”.
Este profesional indica que esto debería replicarse en otras municipalidades (que están obligadas por ley al recojo de residuos urbanos). La dificultad radica en que las campañas de concientización no llegan de la forma adecuada al ciudadano, haciendo que incluso no sepan diferenciar cuando un aparato es un residuo o un bien con valor.
“Muchas empresas o vecinos nos preguntan si les vamos a dar dinero a cambio del RAEE, cuando esto no debería ser así. Estamos muy acostumbrados al cachinero (reciclador artesanal que realiza compra/venta de residuos) que se lleva los electrodomésticos por poca plata. El problema es que muchos de ellos reutilizan el oro o plata que encuentran y lo demás lo tiran a la basura. Allí llega la contaminación” sentencia Gómez -Sánchez.
Fernando Saltachin cuenta que compensar financieramente a los usuarios por sus RAEE encarecería el sistema y lo haría inviable, porque con el presupuesto disponible se gestiona el acopio, transporte, disposición final y la emisión de certificados por la correcta gestión de residuos. Por ello, el mercado informal siempre será un problema, porque ofrece más incentivos económicos que la formalidad. “(Los agentes informales) ven al RAEE como un tesoro porque es lo que más paga” señala Saltachin.
¿Qué es un RAEE?
El gerente de RLG Perú comenta que trabajan junto a las autoridades para poder tener una mejor normativa que contemple una mejor definición y disposición de los RAEE, porque más que desensamblarlo y vender sus componentes, la verdadera economía circular está en aprovechar todo el potencial del aparato. “Puede que un usuario tenga su celular con la batería que funciona al 50% y lo señala como residuo, mientras que otro usuario lo donaría, hasta que realmente el ciclo de vida del aparato acabe. La idea final es reutilizar antes de reciclarlo” señala Saltachin.

La mayor cantidad de residuos que RLG ha identificado son los equipos de consumo y de cómputo. Gran parte viene de empresas que renuevan sus equipos cada año, y acaban desensamblados, sin posibilidad de darles una segunda vida con el reacondicionamiento adecuado. El reto es que no hay muchas empresas calificadas en el Perú para realizar este proceso, por lo que el daño ambiental se incrementa exponencialmente y el potencial de reaprovechamiento cae en picada.
Si a esto le sumamos que la mayoría de empresas de valorización de residuos solo se encuentran en Lima, la capital de Perú, el panorama es complejo para todos aquellos alejados de esta ciudad, pues se incrementan los costos de toda la cadena. Desde RLG comentan que hay un potencial de negocio increíble para aquellos que quieran invertir en plantas de revalorización, sobre todo en otras ciudades con alta densidad demográfica. RLG tiene en sus planes una planta destinada a las luminarias, un residuo de alta peligrosidad que casi siempre acaba en los basurales.
Encendiendo el foco
Los expertos señalan que lo fundamental siempre será la sensibilización. Esta es una misión que no solo les corresponde a las compañías de reciclaje, sino también depende del apoyo municipal y del Ministerio del Ambiente del Perú. Por ello, la implementación de la mencionada ley REP resulta fundamental, siempre que esté bien reglamentada para que el importador, ensamblador o distribuidor pueda gestionar correctamente toda la cadena posconsumo.
La realidad es que las empresas con gran capital sí podrían financiar sistemas de recuperación de RAEE cargando un costo final a sus productos. No obstante, las empresas pequeñas de importación y distribución no cuentan con el presupuesto y logística para hacerlo. En un país donde las pequeñas y medianas empresas representan el 95% del total, se necesitan estrategias más focalizadas.

Saltachin comenta que han ofrecido planes de recojo a varias pequeñas empresas con una tasa anual accesible y que agrupe a muchas de ellas para subvencionar costos operativos, pero no tuvieron la respuesta esperada, pues sin una norma efectiva, los RAEE siguen olvidados.
Por ello se puede enfocar mejor la legislación existente. “Los peruanos pagamos en los arbitrios municipales para que se nos recoja la basura. En un futuro el pago debería también contemplar el recojo de los RAEE”. comenta el Gerente de RLG Perú.
Estos profesionales esperan que se pueda lograr una certificación verde para las empresas peruanas que gestionen sus RAEE correctamente, con incentivos de acceso a nuevos créditos y mercados. Además, indican que es necesario capacitar a los vendedores de las compañías que trabajan con canales de ventas, de forma que se le pueda explicar al usuario final dónde y cuándo disponer su RAEE.
Sánchez Gómez cree que Perú tiene el potencial para poder ser un referente en Latinoamérica para la gestión de RAEE, solo se necesita que todos los actores apuesten por un modelo circular. “Nuestro principal objetivo es replicar las soluciones que tenemos en Lima a nivel nacional. La informalidad no paga al medio ambiente” sentencia por su parte Fernando Saltachin.
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Fernando Saltachin, Gerente – RLG Perú
Carlos Gómez Sánchez, Analista de relaciones Institucionales – RLG Perú