Para poder avanzar en el camino hacia una economía circular, debemos enfocarnos en el usuario y desde ese punto de partida poder construir agregando valor. Por ejemplo, tomemos una cocina, cuando falla y la dejo para que sea retirada por mi reciclador local, ¿qué pasa si en vez de buscar la recuperación de materias primas, buscamos recuperar piezas? Ejemplos de esto son las válvulas y quemadores, piezas con las que podemos llegar a un taller que las utiliza en refacción de otras cocinas. Con esto tan sencillo, podemos aumentar el valor del residuo. Una válvula de cocina usada, en buen estado, tiene un valor aproximado de 3 dólares. La materia prima de esa válvula no alcanza los 10 centavos. Con un simple ejercicio teórico aumentamos el valor de la materia prima en 300 veces, lo que a la larga permite aumentar los ingresos de la compañía de forma exponencial sin necesidad de aumentar el volumen de residuos gestionados. Eso solo fue el primer paso para mantener el valor de la materia prima.
Recuperación del producto en sí mismo
Ahora ese ejemplo aún estaba en el ciclo de cierre de los residuos y es necesario ir más allá. ¿Qué pasa si, en vez de recuperar partes, vamos más arriba en el ciclo y ejecutamos una recuperación del producto en sí mismo? Un ejemplo simple que ilustra esta idea a nivel industrial son los Pallets. Las empresas los venden para reutilización, pero cuando ya tienen 2 tablas rotas no sirven para el esto. Hoy, inmediatamente se envían a recuperación energética, compostaje o elaboración de mulch. ¿Y si cambiamos y reparamos esas 2 tablas? Más profundo aún: pensemos que, en vez de utilizar el pallet tradicional de madera, usemos uno elaborado con plástico reciclado, al que le podamos agregar tecnología, por ejemplo, poner un tag RFID (Radio Frecuency Identification) permite mejorar el uso de la materia prima y su trazabilidad. De esta forma se puede llegar a un modelo que no se base en vender el pallet, sino en prestar soluciones logísticas. De esta forma, la materia prima no deja de ser propiedad del gestor. A la larga, se puede transformar una empresa de gestión de residuos en un prestador de servicios que evita el consumo de madera.
Sobre la misma línea anterior, podemos usar el ejemplo de las bolsas de basura. Hoy, parte importante de la industria del reciclaje de plásticos se enfoca en la elaboración de bolsas de basura, las que prolongan solo brevemente el uso de la materia prima, ya que una vez reciclada vuelve a un ciclo lineal donde se extruye en bolsas, las que finalmente terminan en un relleno sanitario de todas formas. En cambio, si ese plástico se utiliza en un producto como un pallet, podemos prolongar su uso en el tiempo y agregarle valor nuevamente. Si llevamos esto a los números, 1 kg de bolsas tiene un valor de 3 dólares, en cambio al no vender si no que reutilizar el plástico, cada kilo utilizado genera 6 dólares, sin tener que perder la materia prima al final del ciclo de vida.
Rumbo a la sostenibilidad
Todo lo anterior indica que el camino que deberán seguir las empresas de servicios de reciclaje hacia servicios de economía circular aplicada será difícil y deberá estar enfocado siempre en la fórmula para aumentar los ingresos mediante la mantención del valor de la materia prima en el tiempo. De esta forma se podrá buscar el tan deseado crecimiento sin tener el incentivo de hacerlo mediante el aumento de materias primas manejadas, si no que con el incentivo de enfocarse en la maximización del uso de las mismas.
Entérate más
José Manuel González del Riego – Gerente Comercial – REMBRE
Web