La ciudad brasileña de Curitiba, es para muchos un ejemplo de planificación urbana y ambiental sostenible, producto de estrategias que se actualizan y promueven a través de los años.
Considerada como la ciudad más verde, más limpia y con mejor desarrollo urbano de Latinoamérica, Curitiba se alza como la ciudad modelo para muchas otras metrópolis de la región. Fruto de un trabajo de más de 50 años de desarrollo sostenible y enfocado en el respeto de las normas urbanas y pasión por la naturaleza.
Curitiba sostenible
Todo empezó en la década de 1970. Las autoridades de la capital paranaense estructuraron que el crecimiento demográfico de la ciudad tenía que ir a la par de un crecimiento ambiental. Por ello empezaron a promover un sistema de transporte integrado, la construcción de parques, la plantación de árboles y el fomento de preservación de áreas verdes en la propiedad privada.

Muchos señalan al personal del Instituto de Pesquisa e Planejamiento Urbano como los propulsores de las estrategias de sostenibilidad y desarrollo en Curitiba desde hace 5 décadas. Se formó un trípode de desarrollo en el que tenían que equilibrar el desarrollo económico, social y medio ambiental con estrategias de transporte público, sistema vial eficiente y un adecuado uso y valorización del suelo.
Casi 50 años después el resultado es evidente: la ciudad más verde de Latinoamérica según señalan muchos reportes. Entre ellos destacan el elaborado por The Economist y Siemens y el Globe Sustainable City Award 2010, que se le otorgaron por su crecimiento sostenible y gestión de áreas verdes. Curitiba tiene el más alto índice en Latinoamérica de áreas verdes per cápita, con un aproximado de 60m2, pero ¿cómo fue que lograron esta cifra?
El secreto del verde
Marilza Oliveira Dias, Secretaria Municipal de Medio Ambiente, señala que hoy existen más de 40 parques y bosques públicos y 30 Reservas Privadas del Patrimonio Natural (RPPNM). Los RPPNM son un sistema de protección ambiental normado, que se encarga de revalorar los terrenos que conserven grandes áreas ambientales, a cambio de un certificado de potencial de construcción.
Esta es una herramienta urbanística que traslada el potencial constructivo (los niveles o área de construcción que no se puede edificar) del terreno que se conserva, a otro proyecto inmobiliario que el propietario considere pertinente. Además obtiene un reconocimiento de la Asociación de Protectores de Áreas Verdes de Curitiba.

“Lo pueden solicitar propietarios que tengan vegetación nativa en buen estado que cubra al menos el 70% del área total del lote. Predios de más de 3 mil metros cuadrados, con al menos 60% de cobertura por vegetación nativa en buen estado” señala Oliveira.
El secreto del éxito es tener una simbiosis entre todos los actores involucrados. Por ello, Curitiba tiene un modelo de desarrollo sostenible que compenetra al sector público y privado. “Se anima a los empresarios a utilizar todo el potencial disponible en el área libre y a proteger las áreas verdes existentes dentro del lote, siendo responsables de su mantenimiento” señala Luiz Fernando Jamur, Ingeniero Civil y Presidente del Instituto de Pesquisa e Planejamiento Urbano.
Para esto, existe la herramienta de Transferencia del Derecho a la Construcción (TDC), que propone transferir el potencial constructivo a otro. Esto se da cuando existen limitaciones con la protección del patrimonio ambiental, cultural, se necesite implementar equipamientos urbanos, construir sistemas de vías públicas, o preservar fuentes naturales de agua. De esta forma el propietario del inmueble que tenga su TDC, puede edificar en otra área todo el potencial perdido por los proyectos de interés público.

Además, las áreas y bosques públicos se financian con el presupuesto municipal y apoyo privado. Por ejemplo, algunos proyectos reciben financiamiento de entidades internacionales como el BID o de la AFD, que incentivan la implementación de ciudades más sostenibles. Además, desde el 2005 se promueve a que la ciudadanía “adopte” espacios públicos, y apoyen en el financiamiento de la conservación de plazas, huertos, entre otros.
Actualmente existen muchas iniciativas que promueven la circularidad en la economía de Curitiba para los ciudadanos. Por ejemplo el Programa Cambio Verde, donde se intercambia aceite usado urbano por productos locales, o Curitiba Mais Energia, que incentiva a que los ciudadanos financien proyectos de energía renovable que benefician a instituciones públicas.
Transporte sostenible
Una ciudad sostenible no lo sería así, si sus habitantes no podrían movilizarse de forma eficiente. Los casi dos millones de curitibanos tienen la posibilidad de usar uno de los sistemas de transporte público más reconocidos de Latinoamérica, el Bus Rapid Transit (BRT). Jamur comenta que la planificación del Plan Maestro de la ciudad comprende “el transporte público, el uso del suelo y el sistema vial. Un trípode impregnado de movilidad en todos sus componentes”.

El transporte de Curitiba busca ser intermodal e interconectado. Cuenta con ciclovías que se acercan a la ruta principal. Además, tiene corredores de transporte exclusivos que se alimentan con buses troncales que llegan a casi todas las partes de la ciudad. Además, cuenta con una tarifa única, por lo que con un solo pago se puede recorrer toda la metrópolis.
Hoy Curitiba ha invertido US $ 227.1 millones para financiar la Red Integrada de Transporte, que amplía la cobertura de movilidad e incentiva un transporte no motorizado. Además se espera la entrada en operación de buses eléctricos que reemplacen a los buses actuales, que operan por combustión de energías fósiles.
Los retos de hoy
Curitiba no es ajena a los cambios que la modernidad y el crecimiento económico causan en las sociedades. Luiz Fernando Jamur cuenta que el incremento del parque automotor y la aparición de las apps de transporte ha configurado un duro reto para el sistema de transporte, pues han tenido grandes pérdidas de usuarios. Señala que el nuevo enfoque está en atraerlos con alternativas más sostenibles, y elaborar estrategias para agilizar el tiempo de viaje.
Marilza Oliveira también indica que el crecimiento demográfico en zonas periféricas y geográficamente peligrosas ha sido un constante reto. Estas construcciones no forman parte de las estrategias de planeamiento urbano sostenible, por lo que junto con la AFD han financiado con $57 millones el proyecto Gestao de Risco Climático Barrio Novo do Caximba, En este proyecto se ponen en práctica estrategias de reestructuración urbana para reubicar a las familias que habitan las áreas de riesgo de inundaciones.
Desde el Municipio de Curitiba saben que quedan muchos retos por afrontar, pero esperan que sus soluciones sostenibles sigan estando a la vanguardia en planificación y urbanismo. No por nada los proyectos desarrollados en esta parte de Brasil son replicados en muchas ciudades que buscan alcanzar la tan ansiada sostenibilidad.
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Prefeitura Municipal de Curitiba
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Francés Baras, Assessora de imprensa – Prefeitura Municipal de Curitiba