Dos empresas ecuatorianas incentivan la economía circular en sus operaciones, gestionando residuos peligrosos que, de acabar en un basural, causarían un enorme daño al medio ambiente.
Ecuador produce 375 mil toneladas de residuos sólidos al año, pero solo se recicla un 4%. Estos residuos urbanos forman parte de lo que muchos expertos han identificado como una gran oportunidad para las iniciativas de economía circular.
Sin embargo, no se puede hablar de un conteo exacto de los desechos industriales y peligrosos que este país genera. Pues deshechos como el aceite industrial o los neumáticos usados forman un gran porcentaje de estos residuos y su mal disposición final generaría un enorme impacto al medio ambiente y a todo el ecosistema a su alrededor.

La normativa de Economía Circular Inclusiva del Ecuador propone agenciar de forma más eficiente los residuos que producen las ciudades. Abarcando no solo los sistemas de gestión de residuos tradicionales, sino también compenetrarse con la llamada economía popular y solidaria, que refiere a sectores menos favorecido del llamado “modelo neoliberal”. Así son mencionados agentes como los recicladores particulares, vulcanizadores y demás miembros informales del sistema, que en muchos casos también trabajan con estos residuos peligrosos.
Para financiar toda esta cadena de acopio y revalorización, en Ecuador algunos residuos peligrosos como los neumáticos cuentan con un sobrecoste llamado Ecovalor. Este sobrecoste es cargado al comprador, y garantiza que se gestione los costes de recojo, transporte y manejo del residuo.
Sin embargo, no todos estos residuos cuentan con esta capacidad de financiar su cadena de valor. ¿Cómo se integra Ecuador a la economía circular para sus residuos peligrosos?
SEGINUS: La Vanguardia en trazabilidad de neumáticos en desuso
El Sistema Ecuatoriano de Gestión Integral de Neumáticos Usados SEGINUS, es un modelo colectivo que integra a los importadores y al productor local para poder reaprovechar los neumáticos después de su uso. En este sistema se garantiza la trazabilidad desde la importación y su futuro reaprovechamiento.

Los Neumáticos Fuera de Uso (NFU) son considerados en este país un residuo especial que necesita una gestión diferenciada, pues cada llanta tarda más de 500 años en desintegrarse y Ecuador desecha más de 2.4 millones de neumáticos al año entre camiones, autos, motos y bicicletas.
Debido a este gran problema, SEGINUS empieza a operar desde 2018 articulando la cadena de gestión de neumáticos usados. Hoy abarcan un 75% del mercado nacional, en unión con las 53 principales empresas de importación de neumáticos, teniendo una cuota de más de 10 mil neumáticos al mes.
SEGINUS financia el acopio de los mismos con el Ecovalor de USD 1.00 para llantas medianas (0.10 para bicicletas, 0.25 para motocicletas y 2.50 para llantas pesadas) que se cobra al usuario final. Esta es una garantía que la vida útil de su neumático no acabará cuando ya no le sea funcional, sino continuará siendo revalorizado para conseguir otro producto de igual importancia. Así lo señala Lissette Baquerizo, Coordinadora General de SEGINUS.
“El usuario tiene la certeza que en el momento en que el neumático no sirva, va a entregarlo al punto donde lo compró y va a destinarse a un aprovechamiento integral” comenta.

Este modelo operativo integra a los grandes importadores y distribuidores de neumáticos. Y también a los miembros de la llamada “economía solidaria”, como pequeñas plantas vulcanizadoras y recolectores de oficio. SEGINUS articula la cadena de gestión de residuos en las instituciones públicas, empresas que deben cumplir por norma una cuota de recolección de NFU y también con los usuarios finales.
Del total a reaprovecharse, Baquerizo apunta que se destina un 40% al granulado para canchas o veredas, un 25% a la generación de energía, un 5% al sector artesanía y un 20% para pirólisis (quema controlada para convertirlos en combustible). Así se aseguran incentivar un sistema de economía circular que recupera el valor de productos que, de acabar en un basural o desperdigados en la calle, tendrían un muy perjudicial impacto para el medio ambiente.
SEGINUS hasta hoy ha gestionado el reciclaje de 3.7 millones de neumáticos. A su vez, han generado indirectamente USD 7 millones en inversiones dentro de Ecuador. Esto es debido a que empresas que trabajan estos residuos gestionaron maquinarias y plantas de revalorización, para convertir los NFU en productos funcionales y de alta demanda.
BIOFACTOR: un infinito potencial en el reciclaje de aceite industrial
Biofactor es una compañía dedicada a recolectar aceite usado de lubricadoras, industrias, fábricas y todas las empresas generadoras de este residuo alto en peligrosidad. El objetivo es someterlo a un proceso de re-refinación y obtener nuevamente aceites y lubricantes que comercializan bajo las marcas Aroil y Torke. Estos productos mantienen las mismas propiedades que uno de origen virgen, pero incentivando la economía circular.
Un litro de aceite industrial usado contamina más de mil litros de agua dulce, señala el Gerente de Planta Mario Arze. Y es que, si este aceite entra en contacto con una fuente de agua, percude de gran manera toda la cadena ecosistémica que podría surgir a través de esta fuente de agua.

Arze comenta que normalmente gran parte del aceite lubricante se utiliza como combustible en cementeras. Esto además de generar grandes cantidades de CO2, empeora la calidad del aire cercano si es que estas plantas no cuentan con los procesos ambientales adecuados. Por ello se requeriría un control más estricto de temperatura o filtros.
Sin embargo, en una gran parte de los casos, los hornos que realizan esto lo hacen de forma informal. Por lo tanto, una correcta gestión pública que incentive alternativas de circularidad en esta industria podría ampliar el potencial de mercado para empresas como Biofactor.
Esta empresa que comenzó hace 7 años en Quito, establece toda una cadena de recolección de aceite industrial que empieza con las compañías que producen este residuo. Biofactor acopia esta materia prima en camiones especializados, luego es llevado a las refinerías de la empresa, donde el aceite usado cobra vida nuevamente.

El Ing. Arze apunta que existe un infinito potencial de refinación de este aceite. Los componentes físico-químicos le permiten esta capacidad y la tecnología que Biofactor utiliza les facilita el obtener no un aceite reciclado, sino uno re-refinado que elimina las impurezas solubles e insolubles. Según señalan, es en muchos casos de superior calidad a un aceite virgen. Sin embargo, el único limitante es que debido al uso de las maquinarias y los desperdicios en la manipulación, del 100% de aceite que existe en el mercado, solo se podría llegar a reaprovechar alrededor del 65% para su re-refinación.
Biofactor ha logrado tener una cuota de mercado de un 15% del total de aceite industrial usado en el Ecuador, que según señalan, el total llega a los 29 millones de galones. El resto termina en un vertedero o se va a los hornos cementeros que los utilizan como combustible.
El Ing Arze comenta que deben existir las condiciones políticas y de mercado idóneas para que se pueda incentivar estos proyectos de economía circular. De esta forma una ley de Responsabilidad Extendida del Productor podría complementar las metas de recolección del aceite generado con su posterior reaprovechamiento.
Así, empresas como Biofactor puedan lograr captar y procesar más litros, para convertirlos en un producto totalmente funcional. “Para que exista la economía circular, se debe realizar el reciclado tan eficiente y de buen valor, que pueda ser competitivo para ser sostenible” finaliza.
Conoce más
Redes Sociales: Facebook – Instagram
Lissette Baquerizo, Coordinadora General – Corporación SEGINUS.
Redes Sociales: Facebook – Instagram
Mario Arze, Gerente de Planta – Biofactor S.A.