Una empresa colombiana logró el primer tinte natural azul, en una estrategia de innovación científica que presta mucho cuidado al manejo sostenible de los ecosistemas y al respeto por las comunidades locales.
Solo se necesita abrir la nevera para darnos cuenta de la gran cantidad de colores que se utilizan en casi todos los alimentos procesados. Distintos tonos de rojos, amarillos, verdes o azules que terminan en nuestro estómago y que a pesar de que creamos inofensivos, algunos de ellos pueden ocasionar muchas enfermedades, incluso cáncer. Es por ello que se requieren de alternativas naturales, sostenibles, que puedan colorear y dotar de “vida” a los alimentos, sin quitarnos la nuestra.
Sandra Zapata, gerente de Ecoflora Cares, descubrió mientras hacía su tesis doctoral una forma para obtener un tinte azul de la jagua. Este es un fruto muy presente en la zona tropical de Latinoamérica -de donde ella es parte- del cual pudo obtener un color intenso, natural y apto para los alimentos.
Sostenibilidad en toda la cadena
La jagua o genipa americana crece en un árbol que en su etapa adulta puede medir más de 20 metros. Los habitantes ancestrales de la región del Chocó han utilizado este fruto para realizar tatuajes temporales y en algunos casos para su consumo. A pesar de estar ubicados en una zona rica en biodiversidad, las comunidades de estas zonas presentan un elevado índice de pobreza. Y es que la poca atención gubernamental y la alejada geografía han acrecentado los factores de desigualdad. “Donde hay más biodiversidad, hay más pobreza” señala Zapata.
Con la conformación de Ecoflora Cares, Zapata encontró la oportunidad de poder reconocer a las comunidades tradicionales y establecer a la vez un negocio resiliente y vanguardista. Así logró industrializar un proceso por el cual obtenía tinte de la jagua respetando a las comunidades, al ecosistema e implementando una cadena de valor sostenible. De esta forma nace el primer tinte azul orgánico hecho en Colombia, con un gran potencial para su uso en la industria alimentaria y estética.

Azul “Milagroso”
El primer reto que atravesaron fue encontrar una forma de cosecha sostenible de la fruta. Esta se encuentra silvestre de forma abundante y no existen muchas plantaciones controladas. Por ello fue fundamental el vínculo con las comunidades, pues en conjunto lograron identificar las áreas donde se podría cosechar los frutos de jagua. A su vez que se gestionaba el grupo de trabajo con miembros de las mismas comunidades.
A pesar que cuentan que solo que han mapeado el 1% de jagua silvestre disponible, Zapata apunta que para la futura demanda del producto les sería más accesible tener plantaciones controladas. Por ello, en 2020 plantaron jagua en terrenos recuperados de actividades extractivas. Esperan que en 5 años logren tener el tamaño idóneo para garantizar una cosecha más eficiente y sostenible.
“Tenemos ya una siembra de 97 hectáreas. Este año estamos también en una fase de sembrar la jagua junto a otras especies para enriquecer el bosque. Así, en ese terreno los campesinos también puedan sembrar alimentos que luego puedan vender. Nos hemos asociado con una empresa que vende productos orgánicos, para que los campesinos siembren lo que esta empresa demanda y ya tenga una venta garantizada” señala Zapata.
Además, algunas de las comunidades locales reciben un Pago por Servicios Ambientales (PSA) por sembrar y conservar los bosques de jagua. De esta forma son beneficiarios de un estipendio por cuidar el bosque y la biodiversidad, a la par que contribuyen con la producción de este fruto de múltiples usos.
Sandra Zapata cuenta que una de las lideresas que se encarga de la recolección de la jagua, se refirió al fruto como “azul milagroso”. Y es que ser parte de la cadena de valor le permitió tener un trabajo de cual se siente orgullosa, después de pasar duros momentos, al quedar viuda por culpa de la violencia interna en Colombia.
La oportunidad azul
La inversión para poder llegar al nivel de desarrollo y penetración de mercado que Ecoflora ha conseguido es millonaria. El proceso científico detrás de la obtención de un pigmento en polvo a partir de una fruta requiere años de estudio. Y también años para poder posicionar el producto en un mercado internacional. Pues está demostrado que ha crecido la sensibilización por alternativas saludables y respetuosas por el medio ambiente, como la que Ecoflora ofrece.
Desde el 2008 esta empresa colombiana trabaja para poder tener las autorizaciones necesarias para lanzarse al mercado internacional. Ya cuentan con autorización y presencia en el mercado colombiano. Sin embargo, están en proceso de cumplir todo lo que solicita el Codex Alimentarius. Además, esperan la autorización de la US Food and Drug Administration (FDA) y de la European Food Safety Authority (EFSA), lo que permitiría su uso dentro de Estados Unidos y la Unión Europea.
Azul con esperanza
El único competidor natural en el mercado es el tinte azul obtenido de espirulina. No obstante, la alternativa de Ecoflora tiene la propiedad química de ofrecer un color azul más intenso, por lo que la cantidad necesaria para lograr un tono uniforme disminuye. Además, garantizan que toda su cadena de suministro promueve el biocomercio ético.
La Gerente de Ecoflora Cares sabe que es casi imposible competir contra las alternativas de tintes sintéticos, pues su coste siempre será muy bajo. Sin embargo, ella está segura que las empresas seguirán valorando esta alternativa natural y ecoamigable.
Y es que los datos la respaldan. Parte de su millonaria inversión para lograr las certificaciones llegó por fondos de inversión. O también es resultado de contratos con empresas internacionales como Chr. Hansen, quienes están seguros de la rentabilidad de la empresa y todo su potencial.
Sandra Zapata es optimista y confía que los trámites para la autorización de la FDA finalizarán el próximo año. Esto les permitirá expandirse, y con ello, Ecoflora Cares crecerá exponencialmente. Zapata asegura que este crecimiento tendrá una incidencia positiva en el mercado. Esto motivará a que más compañías apuesten por proveedores que estén enfocados en el respeto a la naturaleza, a las comunidades, y a todos los actores involucrados.
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Sandra Zapata, Gerente – Ecoflora Cares